Wednesday, February 08, 2006


El bolígrafo no cambia de apariencia ni siquiera cuando se encuentra en las últimas. Y deja un cadáver tan curioso que nadie diría que está muerto si no fuera porque no pinta nada ya, aunque resucite a veces de improviso y trace un par de líneas, incluso un párrafo, antes de volver a expirar.
La gente se resiste a desprenderse de los bolígrafos vacíos porque continúan como nuevos.
Sólo se consumen por dentro, como algunos otros que no tenemos la fortuna de vernos tan bien cuando estamos vacios.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home